Skip to main content

Mi hermana menor estuvo de visita el mes pasado. Fue algo muy lindo el tenerla junto a nosotros. No estoy muy segura si es algo típico de los hermanos menores, pero ella tiene la capacidad de hacerte reír aun de la cosa más aburrida que puedas imaginarte. Un poco antes que tuviera que regresarse a Chile, conducimos hacia el norte para visitar un pow-wow, algo que ella nunca había experimentado pero que deseaba verlo desde hace mucho tiempo. Posteriormente seguimos camino en la ruta M-22 y paramos en Glen Haven que es parte de Sleeping Bear Bay, MI. Es una pequeña villa histórica que se estableció en 1857. Bajamos después a la playa y a pesar de que era un día caluroso y muy lindo, en ese momento éramos las únicas en toda la playa. Había un gran silencio. Luego, escuché el agua, un par de gaviotas, y los pasos de mi hermana sobre las piedras. Tuve que poner atención para poder escuchar esos sonidos. Necesité el silencio para poder escuchar.

Me pregunto cuánta cantidad de ruido tenemos en nuestras vidas que hace imposible el poder escuchar. Me acordé del Salmos 37 donde se nos dice que debemos estar en silencio, quieto…refrenar. Pensé sobre los “ruidos” que hay en mi vida y que me impiden escuchar, recibir y comportarme correctamente.

Tuve el gozo de facilitar el taller de Inteligencia Cultural en una iglesia. Los participantes estaban entusiasmados con lo que habían aprendido y querían hacer cambios. Pero se dieron cuenta que primeramente debían trabajar en algunas áreas. Me invitaron nuevamente para hablar sobre ellos y fue así que decidí facilitar el Círculo para Compartir. En un círculo se tiene la oportunidad de compartir con los demás lo que hay en nuestros corazones. Sin embargo lo que el círculo nos ayuda es a escuchar. Escuchar a los demás es algo que nos cuesta. Debemos estar quietos si queremos escuchar al otro. Si estuviésemos dispuestos a practicar Círculos para Compartir con nuestras familias, con nuestros amigos, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestro grupos pequeños, con nuestra congregación. Tendríamos la bendición de escuchar, reír, llorar y de sentir lo que el otro siente. Especialmente en momentos como estos, escuchar es muy importante.

El Círculo para Compartir es algo que los Pueblos Indígenas lo han hecho por años. Es una ocasión especial donde respetuosamente se escucha al otro, donde la vida, los sentimientos y las experiencias se comparten dentro de un ambiente seguro.

Let's Discuss

We love your comments! Thank you for helping us uphold the Community Guidelines to make this an encouraging and respectful community for everyone.

Login or Register to Comment

We want to hear from you.

Connect to The Network and add your own question, blog, resource, or job.

Add Your Post