Rompiendo barreras Otoño 2022: Nota del editor

Nota del editor

Adaptarse a una discapacidad

Como alguien que nació con una discapacidad física que se hizo evidente cuando empecé a caminar, la discapacidad ha estado presente en mi identidad desde que tengo uso de razón. Para aquellos que acaban siendo discapacitados -ya sea por accidente, aparición, traumatismo, envejecimiento o cualquier otro acontecimiento que no "mejore"- la discapacidad suele considerarse una intrusión, tanto si es aparente para los demás (visible) como si no lo es (invisible). 

En todos los casos, es necesario aceptar la propia discapacidad. Para mí nunca ha sido un problema identificarme como discapacitado, sobre todo porque la mía no se puede ocultar y no puedo recordar una época en la que no fuera discapacitado. Otros no se consideran tan rápidamente discapacitados ni admiten que tienen una discapacidad. Por ejemplo, varias personas con problemas de audición me han dicho: "No tengo una discapacidad. Sólo me estoy haciendo mayor". 

 Dado que la pérdida de audición es invisible y suele adquirirse con la edad, es una de las discapacidades más difíciles de aceptar. La pérdida de audición es un reto para otros miembros de la familia; y cuando no se reconoce, es probable que una persona con problemas de audición se pierda la posibilidad de alimentar y desarrollar relaciones significativas (piense en los nietos). 

La pérdida de audición es aislante y frustrante. Esto se agrava cuando las iglesias no proporcionan adaptaciones eficaces y entornos hospitalarios que ayuden a las personas a oír para que puedan participar plenamente en el culto y en otros aspectos de la vida de la iglesia. Lea la carta de Veronica Heide a las iglesias sobre la pérdida de audición en este número de Rompiendo Barreras, y luego acompáñenos en una presentación virtual en vivo a las 7:30 p.m. (hora del este) el 6 de febrero de 2023, cuando dos expertos en bucles auditivos describirán los beneficios de la tecnología de bucles auditivos.